Eso que no sabes como decirme
Todo adquiere una frialdad quirúrgica cuando te ríes de mi porque busco la felicidad y repites que la felicidad no existe, solo existe un sentimiento transitorio de menor miseria. Pensar te mata, y lo sabes, pero no te importa, y si no es porque sé que no eres tan mala hasta diría que te gusta, pero solo es vanidad. Eres capaz de destruirte con tal de demostrarme que estoy a kilómetros de ti, que por más que intente tu sabiduría viene de otro lugar, de uno que nunca voy a conocer porque para mí o se está bien o se está mal pero tu dominas tus tristezas, la geometría de las lagrimas, el ruido que hacen las cosas al romperse. Vives preparada para el final, para la extinción. Me miras como si no hay nada de mí que no hayas deducido ya, conoces la presión exacta que debe ejercer tu dedo sobre la rueda para que el encendedor prenda al primer intento, o la postura maestra donde tus senos se ven más puntiagudos, y sabes que no me alcanzara la voluntad para no prestarte atención y dibujar...