Remake
Es todo tan continuo porque todos los puntos finales los tenes vos, debajo de los ojos, en la nariz, en las comisuras de los labios, entre las manos. Las agujas del reloj haciendo esgrima por encima de nuestras cabezas resacadas, mientras el sol se aproximaba con trote dantesco. Fue todo tan colérico que apenas nos alcanzo para mojarnos los labios, con agua glacial del lugar que nos vio en nuestra máxima gloria. Ese encanto de fauno que tenes, tan inocente que no divisó la escopeta apuntando justo en el medio de la frente. Era cuestión de tiempo para mí, poder llegar al lóbulo de tu oreja. Pero yo tengo la gracia y el arte propios de un delincuente juvenil, y vos sos un pintor de mandalas. Nos movíamos en un espacio de vigilia parcial, donde fue muy fácil para mí ponerle molotovs a todo lo casto que encontré en tu cabeza. Ni tu mejor intento de vileza se aproxima a la versión más básica de la de esa señorita de cara lavada y hoyuelos, que te espiaba por debajo de las sabanas mientra...