Fugitivos de Algún Lado
Estamos rebalsando de aliento a café y actitudes hipsters.
Somos jóvenes y lo único que sabemos decir es que todo nos chupa un huevo, que
nadie nos entiende. La tierra nos queda más lejos que las estrellas, y todo lo
que tenemos es un proyecto de vida plasmado en una servilleta manchada de un
restaurante barato.
Pero ¿Que nos importa lo que digan nuestros viejos? Si sus
miles de obligaciones y trajes de luto no les dejan ver lo rosado que esta el
cielo, que lo más lindo es gratis y que si ya sé, me vas a venir con el cuento
de que ya nos va a llegar a nosotros y que nos vamos a tener que enderezar;
pero el futuro siempre será lejano hasta que nos alcance ¿No me vas a decir que
los peces a veces no se asustan del mar?
Habla más lento, me gusta esta canción. O mejor cállate y
déjame pasar a través de todas tus marcas de nacimiento, déjame buscarles
forma, porque las nubes se contagiaron del mundo y se volvieron tristes y
monótonas.
No hay necesidad de mostrar lo que no escondemos. No hay
necesidad de caminar si el suelo es arena movediza. No hay necesidad de dolor
cuando tus palabras son morfina.
Mis cicatrices te contaron los cuentos mas aterradores, te
colmaron la espina de escalofríos que la recorrían de sur a norte… pero nunca
te vi escapando. Creo que es porque sabes que nuestros ojos son cazadores
naturales, y que se buscan mutuamente como si estuvieran diseñados para
hacerlo.
Nunca pedí mucho porque no estoy acostumbrada a quedarme,
pero… por favor sálvame pequeño bastardo fugitivo de algún lado.
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